lunes, 17 de octubre de 2011

Reflexiones Melina González

Bicentenario del Paraguay


"... en la identidad y la conducta...hay aspecto contradictorios... el predominio de unos y otros obedece a causas y circunstancias complejas."

Pichón Riviere entiende que un grupo es un conjunto restringido de personas que, ligadas por constantes espacio temporales, el cual, articulado en su mutua representación interna, se propone en forma implícita y explícita una tarea que conforma su finalidad, interactuando a través de complejos mecanismos de asunción y adjudicación de roles.

Así, de acuerdo al marco teórico de la psicología social, la meta de los grupos operativos es aprender a pensar. En efecto, no puede perderse de vista que el pensamiento y el conocimiento son producciones sociales. Necesariamente, para aprender a pensar, el individuo necesita del otro, de su discurso, su diálogo, u otras formas de expresión posibles.

Pensar, siempre es pensar en grupo, así es que la discusión, si el recordatorio del Bicentenario es o no la apología simbólica del nacionalismo o es el recuperar de los momentos históricos, no solo lo que concierne a los hechos independentistas sino también a aquellos hechos que sucedieron después y que marcaron el sentir, pensar y hacer del ciudadano paraguayo/ paraguaya y que forman parte del proceso que como país estamos sobrellevando en la actualidad, fue seleccionada como el emergente de uno de los grupos operativos desarrollados en la cátedra  psicología social, en los meses en donde el fervor del Bicentenario se percibía a través de todos los sentidos, en el que cada uno de los integrantes del grupo fuimos testigos del despliegue de demostraciones folclóricas de todo tipo, danza, música, comida, maravillas visuales producto de la tecnología, colores patrios esparcidos por doquier en donde quiera que uno mire, era interesante ser parte de todo eso, el sentirse hijo/ hija de esta tierra y de esta historia de resistencia y lucha, en fin, sentimientos encontrados fueron expresados ese día de grupo operativo de las más variadas opiniones e ideas, esa heterogeneidad es lo que enriquecía la discusión que iba encontrando un punto común a medida que se avanzaba y las ansiedades se superaba.

Los del grupo en general teníamos  presente que el ser humano es un ser histórico y social, producto de las relaciones sociales que se establecen y que van moldeando nuestro ser en constante relación con el otro, debidamente contextualizado[1].  Así  el  Sujeto y contexto histórico-social Rasgos vinculados a la  dimensión nacional -macrosocial-  de la identidad personal [2] configura su identidad nacional- estructurada en base a la unidad de lo diverso con hegemonía de los elementos impuestos por las clases dominantes,  este es el largo y contradictorio proceso histórico recorrido y que se encontraba presente en la discusión.

La identidad es un proceso mucho más complejo que el que se gesta desde arriba, como sostienen aquellos que en la identidad nacional sólo reconocen los signos del dominador. Se trata  de una construcción compleja y contradictoria que reconoce como esencial la aceptación como propios de los valores del dominador, pero al mismo tiempo y en lucha con éstos viven esas hilachitas de la identidad sometida de indígenas y criollos. La identidad nacional y más aun en un país dependiente como el nuestro no es un espacio homogéneo, sino que también es el terreno en el que se ha librado y se sigue librando la lucha entre las distintas clases que componen la sociedad.

Todo lo mencionado pudimos observar en el marco de los festejos del bicentenario, que en el intento de enaltecimiento de símbolos patrios e históricos, se enfrentaban,  con los oligarcas en los escenarios establecidos por ellos a través de  la elite  “Comisión del Bicentenario”, los sectores históricamente excluidos “pueblos originarios” en donde tuvieron que disputar espacios para mostrar al pueblo su cultura y arte que le ha sido negado históricamente a lo largo de estos 200 años.

            Nosotros, los sujetos  vamos incorporando elementos que hacen a nuestra identidad nacional que es el reflejo de una sociedad contradictoria en la que lo diverso se ha unificado, sí, pero unificado en un proceso signado por la hegemonía de una clase social concreta: la oligarquía terrateniente. Estos señores de la tierra a lo largo de nuestra historia lograron omitir en los símbolos por ellos establecidos los elementos que nos permitieran conocernos como latinoamericanos en el origen común indígena, de esta manera fueron construyendo y consolidando un estado oligárquico

No debemos olvidar  y esto impregna nuestra identidad que la cohesión apuntalada con éstos y otros múltiples elementos ideológicos, pudo lograrse a través de la coerción y el genocidio de nacionalidades que quedaron subordinadas y oprimidas bajo la hegemonía de las clases dominantes. Estas gestaron una identidad dependiente, como el país. Pese a ello, en el seno de esa identidad se ha mantenido en lucha otros elementos que, aunque subordinados, emergen   en forma permanente y que son, a nuestro entender la base para amasar una nueva identidad.

Por eso, preguntarnos qué y quienes somos los paraguayos y paraguayas es no sólo registrar lo que domina en nuestra propia autoimagen modelada socialmente desde lo hegemónico sino bucear, rastrear en lo oculto, enmudecido, reprimido durante siglos.

b. Otras áreas de estudio y  Prácticas Supervisadas

            La especialidad de psicología comunitaria se caracteriza por ser una especialidad que surge como crítica al modelo tradicional de la psicología individualista,  surge como consecuencia de aspectos de índole político y económico como subdesarrollo, dependencia y de impacto psicosocial de los regímenes dictatoriales militares en América latina. Todos estos elementos que hicieron posible su desarrollo y actual consideración como intervención para hacer frente a las problemáticas del individuo en sociedad, hacen que se requiera de un entrenamiento y formación donde la reflexión y la práctica junto con la teoría vayan de la mano.

            Esas consideraciones es la que caracteriza o al menos debería caracterizar a las áreas de estudio de esta especialidad y hacer de ella una opción válida al momento de realizar intervenciones o trabajos en terreno, hay muchas materias que a mi criterio están bien encaradas como es el caso de Realidad Nacional Paraguaya en donde analizamos los problemas estructurales a través de hechos determinados de nuestra historia, entender que tipo de estado tenemos que claramente es oligárquico y como esto repercute en el contexto cotidiano de la gente con quienes trabajamos o tenemos contacto en nuestras prácticas.
Así también sociología que a la luz de los teóricos clásicos vamos interpretando los hechos actuales que ocurren en lo político, cultural etc., y esto nos permite reconocer a que visión de mundo corresponde determinados proyectos o programas sociales que se desarrollan en el país. A esta le sigue paradigmas donde nos ponemos en contacto con los diferentes modelos o marcos conceptuales que dan fundamento a nuestro proceder cotidiano en terreno.

             A pesar de todas las áreas que promueven la reflexión teórica y practica a través de lo cotidiano, de la realidad político social, se observa todavía la resistencia del sistema educativo de incorporar esta forma de enseñanza- aprendizaje, que no concuerda con lo establecido por la estructura hegemónica que se impone en nuestra educación actual, que está encaminada a crear mentalidades individualistas y pragmáticas con fines productivos, donde se enfatiza la competitividad y logro individual y se destruye las prácticas colectivas y trabajo en grupo.

            El área de psicología social es la que intenta junto con las mencionadas de trabajar bajo la lógica de grupo y trabajo cooperativo- reflexivo. El trabajo grupal parte de necesidades individuales que se vuelven grupales.

 Freire y Pichón-Rivière buscan cambios educativos pero suponiendo las formas de supresión que existen en los programas educativos; para ellos lo esencial del trabajo grupal es que al interactuar todos aprenden de todos, obteniendo un conocimiento crítico sobre la realidad que les rodea dentro y fuera del espacio escolar, logrando la transformación, es decir, la educación; como tal dicha tarea educativa es inacabada e inacabable interviene lo que el hombre es y lo que busca transformar de su entorno.[3]

Así, el conocimiento permite la reciprocidad entre las personas y la elaboración crítica de una apropiación de la realidad, ya que el proceso es dialéctico; cuando esto no es permitido, la educación es opresora. Para evitar reproducir la opresión, al educar es necesario que el sujeto experimente la capacidad que tiene para transformar su situación, participando activamente de forma consecuente en la lucha hacia su liberación, basada en un proceso didáctico.[4]

Las practicas supervisadas realizada, lastimosamente se configura en lo que Freire y Pinchón Riviere denominaría educación opresora, donde no se da la participación activa de la comunidad y mucho menos de nosotros los estudiantes, futuros trabajadores comunitarios con la comunidad. Es difícil porque todavía respondemos a la visión de mundo positivista, estructurada, institucional que genera angustia ante lo desconocido y no estructurado. Preferimos una práctica que te asegure estructura para hacer frente a lo desconocido, razón por la cual estamos hoy desarrollando esa experiencia como práctica.

Que interesante sería tener en cuenta lo que se propone a partir de la técnica de grupo operativo propuesto por Pichón-Rivière  que rescata para el aprendizaje el carácter de producción social que tiene el conocimiento, logrando integrar la heterogeneidad de los integrantes de dicho grupo. Es necesario lograr un vínculo progresivamente creativo y libre entre el sujeto y el mundo, vínculo en el que se va dando la aproximación instrumental de la realidad para transformarla, logrando así el aprendizaje; es necesario integrar las estructuras afectivas, conceptuales y de acción (sentir, pensar y hacer) para lograr dicho aprendizaje y que éste resulte significativo.

Esta técnica motiva a los integrantes a centrarse en el reconocimiento de sus necesidades, la elaboración de un proyecto y el desarrollo de una tarea que implica hacer y reflexionar crítico en función del objeto propuesto. Esta reflexión es básica para visualizar y resolver obstáculos, para contener y elaborar ansiedades emergentes en relación a la tarea y los procesos de interacción.

El aprender a aprender y a pensar, implica un pensamiento dialéctico que visualice las contradicciones en el interior de los fenómenos y las múltiples interconexiones de lo real; se pasa de la dependencia a la autonomía, de la pasividad a la acción protagónica, de la rivalidad a la cooperación, cada quien rescata su propio saber y experiencia y la del otro. En este aprendizaje, se da un proceso integrativo, de práctica y teoría, las funciones del que enseña y del que aprende son alternantes

             
III. Conclusión


La estrategia que propone Pichón-Rivière está encaminada a comunicar conocimiento, a desarrollar y modificar actitudes. Su teoría debe de ser comprendida tomando de referencia el contexto histórico-social que vivió Pichón-Rivière, así como sus propios intereses sociales, su teoría está fundamentada en su práctica social, en su relación con los otros; ya que el contexto es determinante del texto en el que da respuesta a los interrogantes de su tiempo que son a la vez los suyos propios.

La comprensión de la psicología comunitaria requiere tener en cuenta estos aspectos que hacen a su esencia y que la diferencian de las demás especialidades. Podríamos considerar que nuestra especialidad se encuentra en un proceso de búsqueda de identidad, y en esa búsqueda es importante no olvidar su carácter anti hegemónico para no ser consumido por la dinámica y lógica propia de una sociedad que responde a la estructura hegemónica a través de sus instituciones y de sus agentes.








[1] Psicología Social Comunitaria. Fundamentos y Aplicaciones. Pág. 195
[2] Extractos de "Una nación joven con una historia milenaria" Josefina Racedo. La Marea, Revistas de Cultura, Arte e Ideas. Año IV. Nº 9. Otoño 1997.
[3] Seminario sobre proceso educativo presentado por Ana P. de Quiroga.
[4] Ídem.

No hay comentarios:

Publicar un comentario